Cuando Franklin Díaz llegó a Puerto Rico desde Venezuela, hace 30 años, jamás pensó que se convertiría en un exitoso empresario de la industria automotriz. Actualmente, Franklin es el presidente y cofundador de Union Auto Group. Un dealer de automóviles con tres localidades alrededor de la Isla, en Hato Rey, Guaynabo, Vega Baja y próximo a abrir, una cuarta localidad también en Vega Baja.

Según nos cuenta Franklin, él llegó a Puerto Rico a los 19 años, con mucha ambición y deseos de trabajar. Su primer empleo fue en la industria de restaurantes, en donde permaneció alrededor de seis años. Posteriormente, a través de amistades que conoció en su trabajo en los restaurantes, se interesó por la industria de autos y esto se convirtió en su pasión y modo de vida.

“En el 1999 comencé en un dealer de Toyota. Mis primeros pasos fueron como vendedor de autos, después tuve la oportunidad de entrar a Mercedes Benz y después estuve en la BMW, hasta que me di cuenta de que yo podría tener mi propia empresa. Siempre fui vendedor, me gustan las ventas. Luego en BMW, tuve la oportunidad de ser supervisor y ahí fue cuando aprendí mucho, fue una escuela. Me di cuenta de que yo ya tenía todo el conocimiento para poder emprender y montar mi propio negocio”, explicó el exitoso empresario.

El desarrollo de su primer negocio fue rápido e impetuoso: “Yo me inspiré a montar mi negocio cuando me di cuenta de que yo corría una operación completa siendo supervisor, conocía todo lo que operacionalmente se necesita para correr un dealer. Suena loco pero un 31 de diciembre le dije a mi hermano, ´Este es el año, vamos a montar un dealer´, y lo montamos el año siguiente. Comenzamos el proyecto en marzo y abrimos en junio. Eso fue en el 2014.

“El mayor reto para montar un dealer nuevo es que nadie te conoce. La banca no te conoce, entonces los dealers corren floor plans, que son como líneas de crédito, y tocas a la puerta y le dices a un banco necesito X cantidad de dinero. El banco te va a decir: ´ ¿quién eres tú, de donde tú vienes? ´ El banco no tiene ningún tipo de garantía y para convencerlos es como una entrevista de trabajo. Tú vas y le dices de dónde vienes, a dónde vas, por qué ellos te deben prestar ese dinero. Tienes que convencerlos; ese es uno de los mayores retos. El otro reto es el inventario, la empleomanía y saber operar”, narra Franklin.

Conseguir esa primera línea de crédito no fue fácil. Franklin y su hermano tocaron muchas puertas antes de conseguir que un banco les prestara parte del dinero que necesitaban para establecer un dealer. Hubo un banco que les ofreció una cantidad limitada de dinero, y con eso comenzaron. Sin embargo, no fue hasta el 2017 que establecieron una relación de negocios con Oriental Bank, que tuvieron la oportunidad de obtener la cantidad necesaria para crecer y evolucionar: “Alguien me recomendó un asesor, que continúa siendo mi consejero. Él me dice, ´Vamos a llamar a un banco y te voy a conseguir una entrevista con la jefa de floor plan´. Tuvimos una reunión cordial y saliendo de ahí ella misma nos dijo a mí y a mi hermano: ´Confío en ustedes, confío en el proyecto. Vamos para adelante´, y comenzamos con un floor plan generoso. El banco a los seis meses me toca la puerta y me dice: ´Sabes que no te da, necesitas más´. Al año me dicen, ´Sabes que no te da, necesitan más´, y hoy en día tenemos tres dealers y estamos abriendo el cuarto dealer. Tenemos una línea de crédito con la que podemos comprar alrededor de 200 carros y todavía nos sobra. Desde el primer momento creyeron en nosotros y somos socios de negocio, como yo digo. El banco nos ha hecho crecer. El banco, claro tiene sus ganancias, nosotros también, pero nos han ayudado, nos han empujado, han confiado siempre en nosotros. De las personas claves que estaban en Oriental en ese momento, tengo el recuerdo de Doña Milagros, que hoy en día está retirada, Jaime Borelli y José Román. Todo ese grupo de floor plan siempre ha estado pendiente de nuestro negocio, siempre nos han dado la mano. Yo tengo todo con Oriental. Mi carro, mi casa, mi cuenta de banco, todo lo tengo con ellos. Yo soy tan leal, que toda mi canasta la tienen ellos. Como yo digo, es que es como una familia”, explicó Franklin.

Franklin Díaz le atribuye el éxito de Union Auto Group, al ambiente familiar que hay en el dealer; además, tienen un inventario moderno, instalaciones limpias y la decoración está hecha para que te sientas como si estuvieses en tu casa. Todo el personal está bien adiestrado en el servicio al cliente y retención del cliente: “Eso yo creo que ha sido parte fundamental del crecimiento de nosotros como empresa, ganarnos desde el primer momento ese cliente para que no nos compre solamente una vez, sino que cuando diga, ´ya no quiero este carro´ piense en un Union Auto Group y que cuando alguien le comente en la calle, ´¿dónde compraste ese carro?´ piense en un Union Auto Group, y haga el referido. Nosotros vivimos mucho de referidos. Yo creo que, si uno tiene desde el primer contacto con una persona, un buen “feeling”, te lo ganaste, ya hiciste ese “rapport”. Que no solamente le estás tratando por vender un carro, sino que vas a ser parte de nosotros. Ese cliente se queda forever con nosotros”.

Una de las temporadas más difíciles que sufrió Union Auto Group fue después del huracán María, ya que, a los nueve meses de abrir su primer dealer, María lo destruyó completamente. Estuvieron cerrados como dos meses, pero desde el primer día que abrieron hicieron su primera venta, ya que eran los únicos dealers abiertos en el área. “Fue espectacular ese mes, nosotros los meses siguientes rompimos récord en venta, con esto destrozado. Sin techo, sin nada, porque todavía no había nadie que te construyera nada. Claro, no había materiales, yo comencé a remodelar casi siete meses después. Nadie quería trabajar, pero mis vendedores sí, porque fueron los que nos dieron la mano para limpiar. Lo único que se quedó intacto fue una de las oficinas. Ahí nos metimos todos, no teníamos planta, trabajamos con un battery charge y poníamos abanico. Teníamos solamente una computadora. Fue bien retante, pero lo hicimos”, narró Díaz.

Díaz continuó la relación con Oriental durante ese proceso tan difícil. El equipo de Oriental les permitió que no pagaran la línea de crédito por unos meses. “Nosotros no sabíamos qué iba a pasar, cuánto tiempo íbamos a estar cerrados, y si se iba a tener que seguir pagando tanto interés y tanto compromiso con el banco, quizás no hubiéramos podido operar y nos hubiéramos visto en la obligación de cerrar. El banco nos dijo que estuviéramos tranquilos, que no pagáramos y que comenzáramos a operar”, puntualizó el empresario.

“Mi consejo para los empresarios que están comenzando es que hay muchos empresarios que pueden hacer lo que ellos quieran, pero a veces nos da miedo. Nos da miedo el fracaso, nos da miedo el no poder, nos da miedo de que nos cierren la puerta en la cara, pero mi consejo es intentar. Yo digo que quien nunca ha fracasado es porque nunca ha intentado hacer algo. Hay que tocar puertas, hay que decir yo puedo, y no dejarse llevar nunca por ninguna persona negativa. Nos pasó a mí y a mi hermano. No le hagan caso a nadie, solamente piensen en los objetivos, en lo que quieren lograr en su vida y que le metan mano. Sí se puede, sí lo puedes hacer, es tener la confianza en uno mismo y atreverse. Sí se puede hacer negocio en Puerto Rico. Di, ´Voy a montar mi negocio, me voy a parar temprano voy a trabajar 7 días a la semana´ y vas a ver que cualquier negocio con el empeño de corazón de una persona echa para adelante”, concluyó Franklin Díaz.